Raramente doy reseñas de restaurantes en mi blog. Me contactaron y me preguntaron si quería probar el Prairie Grass Cafe en Northbrook. Fue divertido para mí salir con la mente y el paladar críticos. Mi esposa me recordó que habíamos estado en este restaurante antes, pero habían pasado años. Esa es una buena razón para que lo revisemos de nuevo. Me alegro de haberlo hecho. Desde los cócteles artesanales, hasta los platos muy creativos, hasta los exquisitos postres, esta cena fue una GANADOR. No soy alguien que diga eso.
Lo que me gustó de este restaurante fue un menú que tenía muchos platos que no puedes encontrar en otros restaurantes. El gastrónomo en mí siempre quiere probar diferentes platos. Comenzamos nuestra comida con un queso feta al horno con jalepenos. Este aperitivo tenía el sabor tradicional que esperas del feta y una buena patada de los jalapeños.
Supongo que debería retroceder un paso. Comencé mi cena con un cóctel artesanal: el Martini de 1845. Era el vodka Ketel de naranja con amargo de naranja. Sabroso, pero soy un hombre bourbon y debería haber probado una de sus dos creaciones de bourbon. El creador de estos cócteles me gustó más tarde.
Seguimos nuestro aperitivo con una ensalada de rúcula. Esta fue una ensalada realmente genial. La lechuga favorita de mi esposa es la rúcula y este plato se servía con jícama y manzanas. El aderezo era una vinagreta de naranja muy sabrosa.
Los dos platos principales que pedimos era el pescado y las patatas fritas y el pato crujiente. No puedo creerlo, pero mi esposa pidió el pescado y las papas fritas. Ella nunca come comida frita a menos que sea papas fritas. El empanizado era una tempura hecha con soda. La calidad de los peces fue superior porque utilizaron el artic char. Este pez estaba un poco apagado para mí, principalmente por lo que mi mente esperaba, pero a mi esposa realmente le gustó por esa razón exacta. Un verdadero ganador en este plato fue la ensalada de manzana – genial ESPIGA. Tuve el pato crujiente. El pato estaba perfectamente cocido. Me hubiera gustado tener una piel aún más crujiente pero saludable, solo tomé un par de mordidas de la piel. Fue servido con cuñas de batata de varios colores que realmente me gustó.
Estábamos demasiado llenos para cualquier postre, pero insistieron en que probáramos un par. Vinieron con un Sticky Toffee Date Cake cubierto con helado de vainilla y un pastel de chifón de limón. El pastel era delicado y ligero. La torta de fecha de caramelo pegajoso – Dios mio. Fue servido caliente. La salsa de caramelo o caramelo estaba alrededor de la torta. La consistencia y los sabores eran tan únicos.
La conclusión de nuestra experiencia fue que mi esposa y yo estábamos discutiendo cuándo regresaríamos y a qué amigos nos gustaría tomar, sabiendo cuánto disfrutarían de la comida. Un último comentario, que se remonta a la singularidad del menú, es que el único aspecto negativo de vivir en los suburbios es obtener comida realmente interesante. Platos para los que tienes que ir al centro. Ahora hemos encontrado, o vuelto a despertar, a Prairie Grass Cafe y nos alegramos de haberlo hecho.
